El estudio es algo que nos caracteriza como contemplativas dominicas.
Se puede leer en nuestras Constituciones: "El estudio, parte genuina de la observancia de la Orden, recomendado ciertamente por el bienaventurado Domingo a las primeras hermanas, no solo nutre la contemplación, sino que, removiendo los impedoimentos que provienen de la ignorancia, e informando el juicio práctico, favorece el cumplimiento de los consejos evangélicos con una fidelidad más lúcida y prentende servir a la unanimidad de la mentes. Finalmente, con su constancia y dificultad, constituye una forma de ascesis y de equilibrio...La luz y fuente de nuestro estudio es Dios...Las hermanas fórmense principalmente en los libros sagrados, en los que pueden contemplar el misetrio de la salvación...La lectura divina provechosa debe prepararse mediante el estudio metódico de la verdad sagrada, según la capacidad de cada una"